Y de repente... (02 junio '18)

Me levanto. Sábado por la mañana y, pese a que mi estado de ánimo no es el mejor (qué sorpresa), es un día especial porque he quedado con mis guiris. Así que he puesto el despertador temprano porque tengo que ducharme, pintarme, sacar a los enanos antes de irme y recoger a Cristina, que se viene conmigo en el coche.

Abro el grifo de la ducha para que el agua baña calentándose. Odio ducharme por las mañanas. Me quito la ropa y lo veo. Me asusto, no sé que es. Me miro en el espejo y ahí está: una mancha roja que abarca prácticamente toda la cicatriz del pecho operado. Es, como digo, una gran mancha roja salteada de lo que parece van a convertirse en pompas de un momento a otro.

Llamo a mi madre, estoy asustada. Las lágrimas me caen por las mejillas y no consigo explicarle bien lo que veo en el espejo. Me ducho corriendo, me visto y salgo camino al hospital de San Carlos, ella me da el encuentro allí.

Explico a la persona de recepción de urgencias lo que me ocurre, y le digo que esa cicatriz es por una mastectomía. Y ahí está. Hacía tiempo que no veía esa expresión de pena que probablemente esconda pensamientos tipo: "qué pena", "con lo joven que es"... o ambos a la vez.

La doctora que me atiende es joven, muy agradable y parece empatizar bastante conmigo. Me dice lo que más temía: es una infección. ¿A estas alturas de la película? Pues sí. Plazo para que se cure: uno días. Plazo mínimo hasta que pueda entrar en quirófano...: mínimo tres semanas.

Y me quiero morir. Simplemente, quiero morirme. Ya está. No puedo con más. Ahora que le operación estaba más cerca... ahora esto...

Primera instrucción: nada de gym ni de sudar. Segunda: estar tranquila. Tercera: cuidado con la ropa que me pongo.

No sé cuál de ellas me va a costar más esfuerzo cumplir. Bueno, sí, costar el gym, claro. Me estaba dando la vida, literalmente. Me estaba ayudando mucho con mi situación anímica y también a matar el tiempo, sobre todo los fines de semana, en los que la vida se me había ralentizado hasta unos límites inesperados.

Y volvemos a lo de siempre, a lo que estoy harta de escuchar: tienes que intentar estar tranquila y tener paciencia.

No puedo más.....

Que digo yo que ya me va tocando que me pase algo bueno..........

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar