
Un sábado "normal" (18 nov '17)
La noche ha sido larga. Tengo que dormir boca arriba, mi postura favorita! (modo irónico ON). Y si intento ponerme de lado, me duele. SI me giro solo un poquito, duele. Aunque no me mueva y me quede a lo "Drácula en el ataúd", siento los puñeteros pinchazos del alambre del drenaje.
Me levanto cansada. Lógico.
Me visto (bueno, me visten) y me voy a andar por "los caminitos" (Los senderos del Parque Natural) Y me cuesta la vida. Diosssss, he dejado toda mi energía en la cama del hospital. Es verdad lo que dice mi amiga Susana de que esas camas consumen. Quien haya estado ingresado alguna vez o haya sufrido de cerca el ingreso de algún familiar, sabe que el hospital se lleva toda la energía que tengas. Es como si todos esos fluorescentes se alimentaran de la vitalidad de todo aquel que entra por sus puertas.
Sigo caminando, subo el volumen de la música, y eso ayuda, la música siempre ayuda cuando se escucha al volumen requerido en cada momento.
Y siento el Sol en mi cara, y también un vientecito frío que en otras ocasiones habría considerado desagradable, pero no hoy. Hoy agradezco cada rayo de Sol y cada ráfaga de aire pese a ser fresco. Y no porque hoy esté "enferma" (lo pongo entre comillas porque este término requiere atención propia en otro apartado) sino por el hecho racional de haber estado una semana sin sentir en mi piel ni el frío, ni el calor, ni el Sol ni nada de nada.
Y si algo me gusta es el Sol. Su calor, su luz, se adentran en mi piel a través de cada poro y me cargan de energía. Energía que siempre es positiva. No me veréis con unas gafas de Sol!!!. Que va, que va, a mi que me deslumbre, que me haga entrecerrar los ojos y me haga sentirme viva.
Y después de esto, el problema. Pero no me voy a parar a explicarlo. No me da la gana. No le voy a dar importancia, porque además, visto ahora, más de doce horas después de suceder, no puede considerarse ni un problema siquiera. Vamos a dejarlo en un contratiempo tonto. Y a lo que iba: a veces, sin planearlo, sin esperarlo, sin buscarlo, te encuentras con alguien, desconocido, que te trata como si te conociera de toda la vida. Y que te lo pone todo fácil.
Me sorprende encontrarme con gente así. Estaréis de acuerdo conmigo en que vivimos en una sociedad en la que hay poca amabilidad y demasiada predisposición al enfrentamiento o conflicto.
Y se despide de mi ese médico de urgencias con un abrazo y con una sonrisa ligera, sin un atisbo de melodrama. Y yo le doy las gracias por ser tan amable. Y me parece mentira lo que me ha hecho reír en solo unos minutos. Y encima me dice que no es él, que he sido yo. Que él no es así con todo el mundo, que son pocos los pacientes que, como yo, son un cascabel. Jajajajaja yo un cascabel jajajaja me encanta esa definición!. Y es que una persona que me entra diciéndome que no le cuente mi vida, que para eso que me vaya al Sálvame.... es que me tiene que caer bien al minuto 1 jajajajaj.
Y me hace pensar en el bien que hace este tipo de personas al hablarnos a los "enfermos" sin dramatizar, con naturalidad y hasta con un toque de cachondeo. Y aunque él diga que he sido yo, no, hemos sido los dos. Y se agradece tanto que la gente a tu alrededor no haga de esto una tragedia...
Y termina mi día con la habitual montaña rusa: Ahora no quiero hacer nada, pero ahora a lo mejor sí, pero no, mejor no, me subo un ratito a mi Luna, mi rinconcito, y ya está... Y de repente me salta el chip, pongo todo patas arriba y me voy a terminar de decidir qué gafas me voy a comprar. Así, de sopetón, paso de no querer hacer nada, a "vámonos".
Y me meto los tiestos del drenaje en mi bolsita de tela, me lo ato a la cintura, y nos vamos. Y sí, al bajar del coche en el centro comercial me da la sensación de que todo el mundo se pregunta porqué llevo una especie de mini zurrón de pastorcita atado a la cintura. Y me preocupa que se vea el tubo. Y dani me ayuda a camuflarlo todo lo mejor posible, y me mira con cara de "vamos, no pasa nada". Y voy.
Y me pruebo mil gafas, y con algunas parezco Harry Potter en mujer jajajaja y me río, y a ratitos me olvido de lo que llevo a mi cintura. Y a ratitos me veo en el espejo de la óptica y no me termina de gustar lo que veo (un pecho que no está, y todo el contorno vendado para cubrir cicatriz y entrada del drenaje). Parezco de esas chicas que no tiene nada de pecho, planas. Joder, yo con mis sujetadores lucía bastante bien pese a tener poca cantidad, y con eso de estar delgada, todo mi cuerpo concordaba.
Pero a la vez, me encuentro en ese espejo. Soy yo, con mi amago de ojeras porque no llevo maquillaje, mi flequillo hacia el lado y mis Converse. Todavía soy yo.
De momento, sigo siendo yo. Aunque a ratitos tenga que buscarme para verme.