Tal vez nos presenten

Hoy es domingo y no paro de pensar en la siguiente llamada. Es esa en la que me citarán para decirme, por fin, el tratamiento a seguir.

Yo estoy preparándome por si es quimioterapia.

Está claro que, si así fuera, y por mucho que me intente hacer a la idea, el instante de ver caer el primer mechón de pelo va a ser un autentico drama. Y solo de pensarlo se me pone un mal cuerpo que ni imagináis.

Y al pensar en ello, me acuerdo del escalofrío que me recorrió de arriba a abajo cuando mi gran amiga me contó hace ya un tiempo, cómo fue ella quien rapó la cabeza a su hermana llegado el momento. Y sentí tanta admiración por las dos mientras la escuchaba... y tuvo que ser tan difícil para ellas, pese a lo fuertes que son las dos... Y ahora yo me veo pasando por lo mismo, en peor de los dos papeles, además.

Y aunque por un lado me dicen que se cae sí o sí, y por otro lado me llegan casos en los que no se ha llegado a caer, yo ya lo tengo todo previsto (qué sorpresa, verdad...!? ). No quiero ver mi melena morirse y caer, no quiero sentir calvas en mi cabeza, no quiero alargar el proceso. Por eso, en cuanto el primer mechón caiga, meto la máquina de pelar, tapo los espejos de casa (suerte que solo tengo dos) y me pongo el "pañuelo de descanso"; el típico gorrito de enferma de cáncer, ni más de menos, al que llaman así cuando se refieren al básico de estar por casa, suave y que deja transpirar la piel (tentador, verdad... - tono irónico en ON+ -). Dani será el encargado de pasar el trago de usar la temida máquina mientras yo, me estoy viendo, lloro a moco tendido con medio ataque de ansiedad y las manos tapándome la cara.

Será un día horrible, un momento horroroso que a veces intento visualizar y, joder, que si lo visualizo1, es lo malo de ser tan creativa y, valga la redundancia, tan visual. Me imagino con toda claridad y me espanta la escena, y me espanta la imagen del después. Y si aun no he podido verme de frente el "pecho" (bueno, en realidad es sin comillas, porque pecho hay, lo que no tengo es mama), tampoco voy a ser capaz de verme sin pelo. Estoy segura de esto, me conozco y sé que es lo que va a pasar.

Estos días he estado mirando el tema pelucas y ya tengo todo bastante claro.

Y lo que no sé es, si llegado el momento, seré capaz de afrontar este tema aquí en el blog o si solo os contaré el tratamiento que tengo que llevar, guardándome si se me cae el pelo o no, si llevo peluca o no, y toda esa parte.

Y con este tema me voy hoy a la cama, como otras noches me ha pasado. Y entro otra vez en contradicción, como siempre, porque por una parte, someterme a quimioterapia me daría mucha tranquilidad, porque estaría segura de que me "matan" cualquier rastro de células cancerígenas que pudiera haber en mi cuerpo; pero por otro lado, siempre está la esperanza de que me den otro tipo de tratamiento, lo que supondría que el tumor no era muy agresivo y que no voy a sufrir consecuencias físicas de ningún tipo. Y cuando me refiero a consecuencias físicas no pienso solo en el pelo, sino en el malestar que a veces supone la quimioterapia, hasta el punto (según la persona y según la quimio) de que podría implicar tirar mi trabajo por la borda, porque no podría continuar el curso.

Todo esto es una mierda, en definitiva. Ya no me pregunto eso de "¿por qué a mi?", de hecho, esa etapa fue cortita en mi caso. Pero todo este proceso es una putada detrás de otra: operación, dolores del postoperatorio, las curas, las molestias de tener el expansor, la sensación de grima en toda esa zona si tan siquiera me rozo, no poder mover el brazo, llenar el expansor (aún no he llegado ahí, pero sé que lo voy a flipar), las consecuencias que pueda tener el tratamiento, siguiente operación para reconstruir todo (con ello, vuelta a empezar a drenajes, dolor, etc)... y esto suponiendo que todo salga bien y no haya contratiempos, que hasta ahora doy a gracias a que no los ha habido.

Y no es que hoy esté negativa, ehhh. Hoy ha sido un tramo llano en mi montaña rusa. Pero es que lo que hay es esto. Que se pasa; si, pero que hay que pasarlo; también. Y que la que lo pasa es esta que está aquí, también.

Objetivo si me presentan a la tan temida quimio: verla como una amiga. Si, tiene tela la frase, pero creo que es lo más beneficioso para mi. Intentaré verla como a mi salvadora y no como a mi enemiga. Me centraré en esa parte positiva de la que hablaba antes, viéndola como algo que va a eliminar cualquier rastro de cáncer de mi cuerpo, si lo hubiera, lo cual es algo bueno y debe darme tranquilidad.

Si nos presentan, la saludaré, le daré dos besos y la miraré de frente. Le pediré que sus daños colaterales sean lo más llevaderos posible, para poder seguir mi vida el tiempo que pasemos juntas. Le pediré que me cure, que me limpie, que me sane y se vaya prontito. Quiero que se una amiga de estas que conoces un día, te cae genial, con la que pasas un buen rato y después son vuelves a ver.

Y desearé que no se porte demasiado mal conmigo. 

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