Retirada de puntos (28 sep '18)

25 días con lo puntos.

Hoy ya por fin me los quitan. Miro atrás y ahora es cuando me parece un poco locura haber estado trabajando con ellos aún, y más este curso, que doy clase a los más pequeñines.

Estoy acojonada. Con ganas, pero con miedo ante la seguridad de que voy a pasar un rato de dolor. No soy nueva en esto y ya sé lo que me espera, y más aún en esta ocasión, en la que los puntos no son los normales sino los interiores, es decir, el hilo va por dentro de la piel, solo salen de ella algunos trocitos de tanza.

Me tumbo en la camilla. Dios, tengo tal sensibilidad en mi pecho izquierdo (el "bueno") que solo rozarme al quitarme el sujetador, ya me duele. La enfermera coge las pinzas y el médico entra. Ella aprovecha que quiero preguntarle algunas cosas (qué raro en mi, verdad... jajaja) para empezar a quitar los del pecho derecho.

Dolor intenso, pero que solo dura un momento. De nuevo, dolor intenso, pero corto. Pinchazos. Me encojo. Espalda totalmente encogida, hombros elevados (si me ve mi monitora de pilates se muere o me mata, una de dos).

Intento hablar con el médico. Menos mal que mi madre se entera de las respuestas porque a mi ya se me está bajando la tensión. Maldito mecanismo de mi cuerpo ante el dolor y el estrés. Maldito y bendito a la vez, un seguro de vida, dicen.

Y cuando empieza a quitar los del pecho izquierdo... madre mía. Aprieto la mano d emi madre, intentando controlar la fuerza que ejerzo sobre ella. Aún así le hago daño. Pobre... Pero creo que más le duele escuchar mis "Ay" y ver mis lágrimas caer solas por la cara, igual que cuando te das un golpe fuerte en la nariz, pero esta vez como consecuencia de un dolor súper punzante.

Ya.

Ya ha terminado. La cara de mi madre descompuesta. Se hubiera cambiado por mi si hubiera podido. Ufff, qué mal rato para las dos.

Pero ya terminó.

Dios, tengo la espalda contraída y ando encogida varios metros después incluso de haber salido de la consulta.

Pero ya. Ya se acabó. Ya pasó. Un pasito más.

Y en mi móvil. Lejos pero cerca: "Ya pasó, mi niña". "Sí, vida, ya pasó".