Con todo esto me voy a casa: dos cicatrices de no cuántos puntos interiores y exteriores, gasas, vendaje compresivo, dos drenajes y un mini-gotero con medicación (sí, esa bolsita tan mona que bien podría servirme para pescar, es una mezcla de morfina con no sé cuántas cosas más)

Y por supuesto, mil pastillas a tomar al día, que se suman a la fiesta de las tamoxifeno y las sertralina.

Las noches son horribles. Los drenajes son la peor parte, igual que en la operación de mastectomía. Notas perfectamente el "cable" atravesando cada pecho por dentro y pincha con cada movimiento.