
La llamada (08 nov '17)
Entro en "el moro", cojo dos bolis rosas (a mis niñas les flipa que les corrija con ese color), y suena el móvil. Un número largo, ahí está, la llamada para la operación.
El próximo lunes ingreso, el martes por la mañana me operan.
Miedo, mucho miedo.
Me da varias horas, varias citas, me confundo, pido al chico dela tienda un trozo de papel, pago los bolis como puedo, con todas las cosas que llevo en las manos, y salgo a la calle.
La voz que me habla desde el otro lado me dice que me tranquilice, que me lo explica todo de nuevo. No sé ni lo que he apuntado, porque nada me cuadra.
Y me explica: el lunes a las dos de la tarde tengo que estar en el sótano del hospital, en medicina nuclear (quien me diga que no se "caga por las patas pa abajo" al escuchar eso, miente). Es para inyectar un contraste en los ganglios, para no sé muy bien qué de cara a la operación. Nadie me había dicho nada de esto, y no llegan a entender que cualquier cosa que no se me dice, se hace un mundo. La mujer que me habla sí lo entiende, me dice que tendrían que habérmelo dicho, pero que al ser un trámite más, pues que no suelen avisarlo.
Cuelgo el teléfono.
Miedo. Nerviosismo. ¿Por qué? si estaba esperando esa llamada!. Llamo a Dani; me da la cordura que los nervios me acaban de quitar. "Qué bien, Sandra, cuanto antes mejor, estupendo". Lo mismo me dice mi madre. A mi, sin embargo, me parece una mierda dormir allí el lunes, va a hacer que me ponga más nerviosa.
Y ya, mi esencia sale a borbotones: mis enanos, alguien los tiene que sacar el lunes por la noche y el martes por la mañana, no, mejor que la abuela se los lleve y duerman allí, no quiero que pasen la noche solos. Sí, eso es mejor. Llamo otra vez a Dani, se lo digo. Llamo a mi suegra, le cuento todo. OK, no hay problema, ella me va a ayudar en lo que yo necesite, y lo que necesito de ella ahora es que se quede con mis dos peluditos, porque así no me preocupo en absoluto por ellos, porque nadie mejor que ella para cuidarlos.
El trabajo, joder, ya el lunes no podré ir. Me pierdo la peli que les iba a poner a los adolescentes, a mi grupo favorito. Íbamos a ver Collateral Beauty, y no, no han conseguido convencerme de ponerles subtítulos en español. Solo logran que acepte subtítulos en inglés. Vale, tengo que pasar la peli al pc del trabajo, porque yo no estaré. Y tengo que hablar con mi jefa, y dejarle los libros, y...............
Y el pilates, ya, llegó el momento de cortarlo. Si es lo único que me obliga a centrarme (más o menos) aparte del trabajo!!!!!. Bueno, pero el lunes puedo ir... claro, puedo ir perfectamente, me da tiempo. Tengo que hablar con Nando, tengo que avisarle. Le voy a mandar un mensaje... no, para qué... es pronto! solo es miércoles, el viernes se lo digo.
Whasaps, muchos whasaps, mi tía, mis amigas. Me dijeron que avisara, lógicamente, en cuanto supiera la fecha dela operación. Vale, sí, eso lo hago ahora. Tenía planeada una merienda con mis niñas Elena y Aurora para el sábado, Aurora me dice que si no me apetece que cancelamos, pero no!!! que va, me apetece muuucho verlas, y más dos días antes de todo este lío, porque me hacen reír y me encanta estar con ellas.
Y que más....... pues muuuucho más, el coco me va a mil por hora (sí, Sandra???? qué novedad!).
Y ya voy tarde para comer y salir para el job. Pero no, tengo que echar todos estos nervios. Y enciendo el ordenador. Y escribo, y dejo de pensar a medida que lo hago.... y escribo, y escribo....
Y ya, por fin, los pensamientos bajan de intensidad en mi cabeza.... aunque no se apaguen... aunque tenga cosas que organizar antes del próximo lunes.
Pero ahora ya me siento mejor.
El comienzo real del camino está más cerca. Hasta ahora no he tenido la sensación 100% de que todo hubiera empezado, por mucho que me he estado empeñando... Pero el martes sí, el martes empieza todo.