Frío, luz, trasiego, cables... nada... (03 sep '18)
Después de un rato en la sala donde se espera a entrar en quirófano, el sueño empieza a vencerme.
Me quedo media traspuesta y no sé decir si llego incluso a quedarme dormida. Pero vuelvo en mí y pido ir al baño, desde donde me parece oír que están buscándome. Llegó la hora.
La enfermera que me ha acompañado viene a buscarme y al volver ala sala, no me da tiempo a pensar. Los celadores están esperándome. Me acuesto y me llevan por varios pasillos hasta el quirófano,
En ese corto recorrido veo cada vez a más gente. Distintos uniformes, distintas edades, diferentes funciones. Como pequeñas hormigas atareadas, con la prisa del conejo de Alicia en el País de las Maravillas la mayoría, se afanan cada uno en su tarea, engranaje aparentemente caótico, pero nada más lejos de la realidad, percibes, una vez prestas atención.
Empiezo a ponerme muy nerviosa. Todos a mi alrededor, prestándome atención sin hacerlo, una sensación de desasosiego. Me siento un poco marioneta. Sin embargo, el trato es excepcional, sobre todo una vez me ven la cara descompuesta y una lágrima pidiendo a gritos salir rodando.
Los dos cirujanos me tranquilizan, me dicen que todo va a salir bien, mientras me conectan más y más cables. Hablan entre ellos a medias tintas, sobre posibles alternativas en cuanto a cómo colocar las prótesis. Hasta que no abran no podrán tomar ciertas decisiones, concluyo. Ah, si, ya me lo habían explicado, creo que sé de qué habla mi cirujano y el otro está de acuerdo. Ok, me alegra saber que opinan lo mismo.
Y me acuesto (me han tenido sentada en la camilla mientras hablaban, observando mis pechos, trazando más y más líneas imaginarias que se unen a las pintadas con ese rotulador que tardará días en desaparecer de mi piel)
Sigue el trasiego, se piden "cosas" unos a otros, nombres raros algunos, pero eh! identifico otros. Miradas y palabras de complicidad, el equipo es extraordinario. Y.............................
Y despierto. Despierto, ¿pero cuándo me dormí?. Presión en toda mi caja torácica, dolor, pero soportable. Ufff, qué mareo el movimiento de la camilla por los pasillos. Veo a mi madre. SI? Sí, es ella, sonríe, y no parece sonrisa fingida. Parece que todo ha salido bien. Creo que me lo cuenta, pero no me acuerdo. Y Boni?. SI, no? creo que le he visto, figura silenciosa pero no por ello menos atenta. Y creo ver a Toñi y.......
Ainnnnns, qué sueño.
Me llevan a la sala anterior y me duermo... dolor... sueño... dolor.... y al acordarme del dolor tan íntenso que sentí nada más despertarme de la operación anterior, la de la mastectomía, me digo a mi misma que éste no es nada, en comparación.
Me dan ganas de orinar, lo cual es estupendo! Está vez no voy tener problemas para liberarme de la anestesia de la operación.
Y de nuevo sueño, dolor, hambre, mareo, sueño y más sueño.
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Mi hermana? Sí, es ella, inconfundible jeje. Y me despierta, y charlamos como si nada. Terminamos hablando de... bueno, eso mejor lo dejo para otro momento, quizás para otro blog, quizás solo para nosotras... jajaja, porque vaya tela.... en fin...
Me dicen que me van a dejar ingresada. Dormiré en el hospital y mañana, en principio, para casa.
Paso la noche con dolores, incómoda, con alguna que otra pesadilla y durmiendo a ratos. Cuando creo que debe estar amaneciendo... sorpresa... son solo las tres de la madrugada. "¿en serio, mamá?, no puede ser, mira bien el reloj". Y tan en serio... Ainnnnssss, si hubiera pasado así de lento el tiempo en nuestras noches de lambrusco, mi Jafar... (cosas mías..., él y yo nos entendemos...)
Y me vuelvo a dormir. No sin antes pensar en ciertas personas... pese a que el móvil está lleno de notificaciones sin responder.